4.29.2011

PASA

Pasa que me canso
de las ventanas austeras sin sol
desde los caminos de barro seco
de las cocinas y las leñas oxidadas
de los televisores desnudos y atontados.

Pasa que no soporto
el pan blanco y té agüado al medido día
el frio baño matutino entre mis sienes,
ni las muertes a la intemperie de olvido y miseria,
y entonces las páginas vacías de la prensa.

Pasa que no quiero más
penes sostenidos por sotanas viejas
escarbando en la piel tersa y blanquecina
bajo la mirada atónita y enceguecida
de un dios asesinado, muerto por sus fieles.

Pasa que no más;
el sudor guardado en la memoria
de los puercos en sus ternos gucci y armani
de su glotonería infecunda y podrida
y de sus sobras salameras para el pueblo.

Pasa que todo pasa y pasa,
que mientras pasa y pasa todo,
es el mismo instante que deja de pasar.
Y es ahora cuando ya dejó de pasar,
y entonces, ya no pasa nada.

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